Español · Ensayo
Reflexión corta sobre SPAN 2210
Una reflexión breve sobre SPAN 2210, el español y mi camino entre Colombia y Nuevo México.
Curso
SPAN 2210
Género
Ensayo
Eje
Colombia · Nuevo México
Cuando entré a esta clase, yo todavía pensaba que mi español tenía que sonar “correcto” y educado para tener valor. Muchas veces me daba pena hablar porque sentía que mi vocabulario no alcanzaba, y me escuchaba como un niño o demasiado gringo. Pero con los trabajos y las conversaciones del curso entendí algo que me cambió mucho: el español no es una sola forma de hablar. Hay acentos, historias, ritmos y estilos diferentes, y todos valen. Eso me quitó un peso de encima. Ahora siento más confianza para hablar como yo hablo, con mis errores, pero con intención.
Una de las cosas que más me abrió los ojos fue aprender sobre Guinea Ecuatorial. Yo casi no sabía nada de ese país, y leer sobre su español me hizo pensar mucho en la herencia africana de mi esposa y de mi hijo. En mi casa siempre decimos “¿de dónde vendrán los ancestros?”, y nadie sabe. Ver cómo el español allá se usa, cómo es juzgado, y cómo todavía carga marcas de colonización me ayudó a ver el idioma como algo vivo y político. También me conectó con lo que pasa en Estados Unidos, donde a veces hablar español se ve como un problema en vez de una riqueza.
La entrevista con mi esposa fue la parte más personal de toda la clase. En nuestra casa siempre cambiamos entre inglés y español, pero sentarnos con una cámara creó un espacio distinto. Me gustó escucharla hablar de Guapi, de su identidad, y de lo que ella quiere para nuestro hijo. Algo que me sorprendió fue ver mis propias muletillas, mi tono, y cómo a veces interrumpo sin darme cuenta. Eso fue como un espejo, y la entrevista terminó siendo una lección de pareja además de una tarea.
El portafolio final también me movió bastante. Organizar mis trabajos, leerlos otra vez, y ver cómo fui cambiando durante el semestre me dio algo que yo no esperaba: dirección. Después de mi retiro como controlador de tráfico aéreo, yo he estado buscando sentido y estructura. Este curso me recordó que todavía puedo crear cosas, aprender, y conectar ideas. Eso incluso me animó a seguir con más cursos de español en UNM y a pensar en un doble major en Estudios Latinoamericanos.
El tema del Spanglish también me hizo reflexionar sobre mi vida en Albuquerque. Para mí siempre fue normal mezclar, cambiar de código, y usar la palabra que saliera más rápido. Es parte de crecer en un lugar donde dos culturas viven juntas. No lo veo como algo malo. Es solo otra forma de pertenecer. En Colombia casi no se usa, y por eso allá me cuido más. Pero igual sigue siendo parte de quién soy.
Y sobre el artículo “Aquí no se habla español”, lo que más me golpeó fue darme cuenta de cómo un idioma puede ser usado para incluir o para excluir. Me dio tristeza y también rabia ver cómo a veces se apaga el español en espacios públicos, como si fuera una falta de respeto. Pensé en cosas que viví entre Nuevo México y Kentucky, y en cómo muchas personas prefieren guardar silencio para evitar problemas. Esta clase me ayudó a entender mejor esas experiencias, y también me dejó con ganas de hablar español sin tanta pena.
Al final, SPAN 2210 fue mucho más que una clase de gramática. Fue creativa, humana, y conectada con la vida real. Yo no cambiaría casi nada. Me dio confianza, me dio ideas nuevas, y me recordó por qué aprender otro idioma tiene valor más allá de una nota. Ojalá siga igual para los próximos estudiantes, porque de verdad esta clase fue un comienzo, no un final, para lo que quiero seguir construyendo.

